sábado, 25 de septiembre de 2021

The Other Side. Reglamento. Primera Parte.

Entrada previa: Malifaux, Broken Promises


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The Other Side es un wargame que está integrado dentro del Faux-verso, cuya historia, facciones y personajes están conectados estrechamente con lo ocurrido en Malifaux. Con el ánimo de cubrir todo el trasfondo posible de este metaverso, saltarse la información de este juego es impensable, especialmente porque ocurre, como dice el título, en el otro lado de la Brecha con respecto a Malifaux, es decir, en la Tierra. En lugar de controlar bandas de pocos individuos, The Other Side va de combates encarnizados entre ejércitos que luchan por la supremacía de un mundo que acaba de verse inmerso en una guerra sin igual en toda su Historia. Pero la pregunta es ¿por qué ahora? ¿Por qué las facciones de este juego no han aparecido antes? La respuesta es bien sencilla: Porque el estallido de esta gran guerra sucede a raíz de acontecimientos clave de Malifaux. Para explicar con detenimiento todo lo que descubrimos de este libro, voy a seguir el orden que presenta y hablar primero de su introducción, luego de las facciones iniciales con su respectivo relato y finalmente, del relato que cierra este Reglamento. Eso sí, en varias entradas porque si no me va a quedar excesivamente largo. Todo el trasfondo de esta entrada fue escrito por Mason Crawford, Aaron Darland, Matthew Farrer, y Kyle Rowan.


The Other Side. Reglamento


Primera Parte. Presentación y la Batalla de Londres.


Publicado en 2018
Cronología: mediados de 1906

Para ponernos en contexto, The Other Side hace una buena recapitulación de toda cuanto ha pasado hasta el momento actual del juego, que es el año 1906 d.C. En su mayor parte hablamos de cosas que ya conocemos y que pueden verse en el resumen del Reglamento de la Tercera Edición de Malifaux o que puede desarrollarse con la entrada sobre la Historia del Gremio de Mercaderes. Es decir, nos recuerdan todo lo ocurrido con la Primera Brecha que abrió el Concilio, las Guerras del Polvo Negro, el ascenso del Gremio y la reapertura de la Brecha. Un pequeño punto en el que la introducción hace hincapié, sin embargo, es en que la primera vez que se abrió un portal que iba desde la Tierra hasta Malifaux no fue con el ritual del Concilio de 1787. Al contrario de lo que un individuo de este universo encontraría en un libro de Historia, a lo largo de los siglos, o incluso milenios, han habido portales entre ambos mundos que han permitido la entrada de criaturas mágicas en nuestro mundo, y de humanos en el suyo, siendo la primera de estas incursiones la que hizo el Tirano de nombre Dragón al entrar en la Tierra. Este fue el desencadenante de que se debilitase la barrera entre nuestro mundo y Malifaux, explicando a su vez la presencia de criaturas mágicas en algunas culturas, o que un país africano llamado Abyssinia tuviera Piedras de Alma un tiempo antes que el resto del mundo. Así pues, no fuimos nosotros quienes descubrimos Malifaux inicialmente, sino al revés. 

¿Pero por qué ha estallado la guerra ahora, en 1906? Principalmente por dos motivos. Volviendo a mencionar al Gremio, esta organización había asegurado prácticamente el dominio mundial, procurando la paz tras las Guerras del Polvo Negro a través del comercio de Piedras de Alma, pero también mediante la extorsión y el asesinato de figuras clave de los gobiernos de múltiples naciones. El mundo permanecía en paz, pero era una jaula con barrotes de oro, subyugados bajo la tiranía del Gremio. Esto no mejoró cuando el Gremio colonizó de nuevo Malifaux en 1897, obteniendo el monopolio de la importación de Piedras de Alma a la Tierra para todas las naciones del mundo. Sin embargo, este monopolio duró muy poco pues otras organizaciones, especialmente una conocida como los Arcanistas, habían iniciado operaciones de contrabando de Piedras de Alma desde Malifaux tan pronto como la Brecha se reabrió, haciendo que las naciones de la Tierra tuvieran un segundo proveedor con el que dejar de depender del Gremio. En 1904, Reino Unido declaró que se independizaba del Gremio, un movimiento de poder que nadie en la Tierra se esperaba. El Gremio impuso una serie de embargos con el que tratar de arruinar a esta nación, pero no surtió el efecto deseado. La declaración de independencia provocó, a su vez, la retirada de tropas inglesas de la India y los Tres Reinos, que habían estado trabajando para el Gremio como fuerzas de ocupación, disparando con ello toda una concatenación de revueltas en dichos territorios que pusieron a prueba el poder de la otrora omnipotente organización. Viendo que el Gremio estaba perdiendo el control, múltiples naciones de la Tierra se han rearmado y han comenzado a demandar mayores mercancías de Piedras de Alma al Gremio. En resumen, la pérdida del monopolio de Piedras de Alma del Gremio ha provocado que otras naciones ya no dependan de él, por lo que se ven capaces de desafiar la paz que en su día impuso, preparándose para conquistar nuevos territorios, o presintiendo  que sus fronteras y sus colonias están amenazadas.

Ese es el motivo que lleva a rearmarse a muchas naciones de la Tierra, pero el momento en el que estallan las hostilidades es con la llegada del Hombre Ardiente. Retomando el libro Shifting Loyalties, el Gobernador General de Malifaux Herbert Kitchener llevó a cabo un ritual para convertirse en una criatura de poder inmenso, un Tirano. Este ritual fue saboteado por una facción rival al Gremio llamada los Diez Truenos. En lugar de desintegrar al Gobernador, esto provocó que se fusionase por accidente con otra entidad de gran poder, el Tirano llamado Cherufe. De esta unión impía nació el Hombre Ardiente en la primavera de 1906. La criatura apareció en la Tierra por primera vez el 10 de abril de 1906 sobre la ciudad de San Francisco, flotando en el cielo como una estrella. Durante los días que estuvo presente sobre la ciudad, hubo estallidos de locura religiosa y se abrieron portales aleatorios entre la Tierra y Malifaux, trayendo en ocasiones a criaturas hostiles del otro mundo. Una semana después de su aparición, el 18 de abril, provocó un terremoto que arrasó la ciudad. Todos estos sucesos se narran con mayor detalle en el Penny Dreadful Fire in the Sky. En esta primera aparición se pudo descubrir los terribles efectos que provoca la mera presencia de esta criatura, que son afectar a las mentes de los humanos cercanos para que lo adoren como a un dios y abrir portales entre ambos mundos. Sin embargo no se ha comunicado en ningún momento con nadie, por lo que sus intenciones son desconocidas; ni siquiera se sabe con seguridad si actúa conscientemente o si sus apariciones son completamente aleatorias. Durante los meses de abril y mayo se manifestó en lugares de la Tierra aparentemente al azar, todos ellos presentando las mismas consecuencias de su presencia, es decir, cultos espontáneos y portales de los que a veces emergían monstruos, pero su manifestación más importante, la que ha puesto al mundo en guerra, fue la de Londres en junio de ese mismo año, lo que llevó a la Batalla de Londres. 

La Batalla de Londres

Esta batalla es más que un mero enfrentamiento, es más que el suceso por el que muchas naciones van a tener un pretexto para lanzarse a una guerra abierta. Lo que hace especial a esta batalla es que es la primera vez que los humanos se enfrentan a un ejército de criaturas de otra dimensión y por desgracia, no va a ser la última. La Batalla de Londres marca la llegada de las Hordas Gorgojeantes, algo que puede equipararse a una invasión alienígena o al despertar de un dios primigenio en una novela de Lovecraft. Más importante que la batalla en sí son los sucesos que ocurren antes y después, ya que en los días previos a la batalla, iniciando el 1 de junio, la ciudad de Londres ya sufre fenómenos paranormales. Antes de la llegada del Hombre Ardiente, hay fenómenos como repentinos aumentos de la temperatura del Támesis, luces fantasma en las farolas de la ciudad, y los adeptos de la Iglesia del Hombre Ardiente, un culto fundado por el predicador encarcelado Ephraim Wade, dan arengas anunciando que se aproxima un ser de inconmensurable poder al que todos deberían adorar. El Hombre Ardiente aparece en Londres a finales de mayo, pero tarda mucho en dar la apariencia humanoide. En su lugar parece una estrella que cada vez brilla con más fuerza conforme pasan los días. La gente de la ciudad reacciona de formas muy diferentes. Las agencias de inteligencia militar sospechan que sea cosa del Gremio o de una potencia extranjera por lo que movilizan al ejército y su fuerza naval al estrecho de Calais además de detener algunos delegados del Gremio. En cuanto a la población de la ciudad, muchos deciden marcharse a zonas rurales, a medida que se suceden desapariciones cada vez más numerosas y estallidos de violencia espontánea. Para empeorar las cosas, los sucesos sobrenaturales son cada vez más frecuentes, como una muchedumbre que mezcla a gente de todo tipo, observando en silencio la luz en el cielo, completamente absortos durante horas. Todo es una anticipación, en la que la tensión va creciendo antes de que todo estalle. 


Menudo estallido resulta ser. En el atardecer del 1 de junio de 1906, el Hombre Ardiente provoca la apertura de docenas de portales que conectan Londres con diferentes puntos del fondo oceánico de Malifaux. Esto causa un caos incomparable. Algunos de estos portales están enlazados con lugares tan profundos que la presión con la que sale el agua crea géiseres capaces de atravesar un edificio como si fueran un cañón de agua de inmensa potencia, en la dirección en la que el portal se ha abierto. Otros portales están a menor profundidad y el agua entra como un torrente, arrastrando todo lo que encuentra a su paso. El sistema de drenaje de la ciudad colapsa, inundando túneles ferroviarios y alcantarillas. El Támesis se desborda y barrios enteros acaban anegados con muchos de sus edificios derrumbándose, por los géiseres o por la debilidad de sus cimientos. Aunque los portales permanecen abiertos durante menos de una hora, es más que suficiente para convertir las calles de la ciudad en un cenagal. Algunos edificios clave se salvan, gracias a sellos mágicos, de la devastación, como el Palacio de Buckinham o la residencia del Primer Ministro en Downing Street, mientras que otros puntos de la ciudad son graves pérdidas, destacando una central eléctrica que deja la ciudad a oscuras y desprovista de constructos, y el Banco de Inglaterra, que es absorbido por el Hombre Ardiente. Cuando los portales se cierran, dejan tras de sí una ciudad devastada.

Además del agua, los portales traen consigo multitud de criaturas marinas o de aspecto insectoide que actúan por instinto, completamente confusas. Muchas mueren al instante por el repentino cambio de presión, licuándoles el cerebro. Las que sobreviven al viaje se encuentran en un laberinto de roca, madera y metal donde el agua llega a muy poca profundidad. La Batalla de Londres comienza como una lucha por la supervivencia de la población londinense que permanecía cuerda contra una infestación de bestias hambrientas que rápidamente se adaptan a sus nuevas condiciones. La noche del 1 de junio es una historia de terror para todos los ciudadanos. Las fuerzas militares inglesas fortifican rápidamente los puntos en los que se encuentran, mientras tratan desesperadamente de pedir refuerzos a los destacamentos en Calais; el Palacio de San Jaime se convirtió en un hospital improvisado para dar cobijo a supervivientes, al tiempo que a lo largo de toda la ciudad se combatía por contener a las recién bautizadas Hordas Gorgojeantes. En el Palacio de Buckinham, en el Acuartelamiento Wellington, la Oficina de Asuntos Extraordinarios, cada vivienda, o incluso la cubierta de embarcaciones que se habían mantenido a flote en la inundación se convirtieron en puntos fuertes desde los que resistir el embiste de las criaturas. Muchos de estos puntos fuertes resistieron. Otros muchos cayeron víctimas de las voraces bestias. Supervivientes desesperados trataron de llegar a cualquier zona que creyeran segura a lo largo de la noche, pero la ciudad se había convertido en un coto de caza para estas monstruosidades. 

Con el amanecer llega el ejército inglés con toda su potencia de fuego. Infantería, tropas montadas, armas de apoyo, dirigibles, lanchas armadas por el Támesis e incluso enormes constructos de combate. El plan inicial era rodear la ciudad y barrer las calles de enemigos, pero el Mando Imperial se encuentra con docenas de bolsas de resistencia y con que el enemigo se ha retirado de las calles. Siendo criaturas de las profundidades marinas, las Hordas Gorgojeantes han buscado refugio en cualquier alcantarilla o escondite de algo que no han visto nunca: el sol. Con el objetivo de rescatar a todos los supervivientes posibles, las tropas inglesas entran en la ciudad para alcanzar los puntos fuertes y registrar cada edificio en misión de búsqueda y destrucción. Muchos de estos refugios siguen anegados con lo que es imposible alcanzarlos, pero a lo largo de todo el día se suceden escaramuzas en las que los escondites de estas bestias son sistemáticamente eliminados. Por muy feroces que fueran, las Hordas Gorgojeantes acaban de llegar a un hábitat que no conocen, y están igual de desperdigadas que los supervivientes, con lo cual son presa fácil de las fuerzas inglesas. Un suceso extraño que hay que destacar es que varios dirigibles fueron atacados por un rayo de luz procedente de la torre de la Catedral de San Pablo, capaz de abrir portales dentro de las propias naves, lo que las obligó a guardar las distancias.

Sin embargo, esto dio la falsa impresión de que las criaturas no tenían más intelecto que el de un animal salvaje, algo que costaría caro a las tropas reales. A partir del segundo día de combates, las Hordas Gorgojeantes empezaron a actuar de forma táctica y apareció por primera vez algo parecido a un líder en forma de Sirena. A lo largo de la siguiente semana, la lucha por Londres se convirtió en una guerra de desgaste en la que las tropas inglesas dominaron rápidamente la superficie y destruyeron los nidos de los edificios, al tiempo que debían abandonar buena parte del terreno ganado durante el día para fortificarse a la espera de asaltos nocturnos. La mayor parte de las bajas inglesas se produjo cuando empezaron a explorar las alcantarillas y dinamitar los nidos bajo el nivel del agua, un territorio prácticamente infestado de monstruos. Después de ocho días de batalla, las Hordas Gorgojeantes asumieron que Londres ya no era un territorio de caza por el que valiera la pena luchar y escaparon por el Támesis a territorios rurales hasta alcanzar el mar.

A pesar de recuperar la ciudad, la Batalla de Londres no se sintió como una victoria. La ciudad estaba en un estado deplorable y harían falta años para reconstruirla. La tragedia humana se contabilizaba por cientos de miles de muertos y lo peor de todo es que la amenaza no había sido contenida. Las Hordas Gorgojeantes escaparon, condenando a Inglaterra y al resto de naciones a una lucha contra estos monstruos. Aún peor es que ni siquiera estaban cerca de comprender qué había pasado. De repente una entidad de otra dimensión había aparecido y arrasado con una de las ciudades más importantes del mundo sin que los humanos pudieran hacer nada para prepararse. De pronto, el mundo estaba a merced de criaturas sobrenaturales, lo que los llevaría a armarse como nunca en los últimos cien años, temerosos de estas nuevas amenazas...y de las naciones vecinas que quisieran aprovechar el desconcierto para ampliar sus fronteras.

En la siguiente entrada hablaremos de las facciones de la Tierra: Abyssinia, el Imperio Inglés y el Gremio de Mercaderes.

Siguiente entrada: The Other Side. Reglamento. Segunda Parte.

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