Ha regresado.
Es el año 1908. A lo largo de los últimos meses, la vida de los residentes de Malifaux ha ido retomando poco a poco su curso a dos años del nombramiento de Franco Marlow como Gobernador General. Cientos de personas llegan cada día a este mundo a través de la Brecha, huyendo de las guerras que asolan la Tierra, y van a parar a los talleres, fábricas, granjas, cultivos y minas, y las ruedas de la laberíntica burocracia siguen girando. Todo parece ir normal. Bueno, para los estándares de Malifaux, quiero decir, por descontado que el bandidaje, los ataques de monstruos y magos dementes y las múltiples guerras entre las facciones continúan su habitual tira y afloja de violencia cíclica. La canción de cuna para no dormir en este mundo de horrores y maravillas sigue sonando.
Esta relativa calma se ha terminado. En la Tierra, las naciones se enfrentan tanto a sus vecinos como a las fuerzas extradimensionales, que se han abierto paso gracias a la caótica influencia del Hombre Ardiente, una guerra que cada día abarca más y más fronteras. La mirada de esta maligna entidad se ha posado sobre distintas partes del mundo desde su llegada. San Francisco, Estambul, Jerusalén, Londres, el fondo del Océano Atlántico. Esta vez, algo hará que el Hombre Ardiente regrese al lugar que lo vio nacer.
La historia que se nos narra en Malifaux Burns es el regreso de el Hombre Ardiente a Malifaux, una visita que anegará los cielos sobre la ciudad en un mar de locura y contaminación dimensional. Esta aparición va a afectar gravemente a las mentes de algunos de los individuos más importantes de este lugar, concretamente a un máster de cada facción, además de provocar la oleada de desenfreno, violencia y fuego que desata cada una de sus manifestaciones. Si en la Tierra, un lugar desprovisto de magia, la consecuencias de su presencia eran funestas ¿Qué catastróficas consecuencias tendrá su viaje sobre los cielos de Malifaux?
Malifaux Burns
Publicado en otoño de 2021
Cronología: otoño de 1908
Primera Parte. Relato inicial.
Malifaux Burns
Escrito por N.A.Wolf
Un hombre arde, y el tejido de la realidad arde con él. El relato que continúa la historia de Malifaux comienza desde el punto de vista del mismísimo Hombre Ardiente, incidiendo en que es una criatura atrapada en un vórtice de energías que no controla, antes que un ente con planes y estrategias para provocar el caos. Incluso, se podría decir que el Hombre Ardiente es una herida interdimensional, una disrupción que desestabiliza la barrera entre mundos y las mentes de quienes lo contemplan sin la debida precaución. En una de sus últimas apariciones, bajo el Altlántico, el Hombre Ardiente siente una familiaridad por primera vez, una huella en el espacio entre dimensiones,
dejada atrás por alguien que cruzó un portal. Este residuo le atrae de manera similar al agua absorbida por un desagüe, transportándolo a un lugar que ya conoce...
Ha iniciado su viaje de regreso a casa.
En Malifaux, la llegada de Hombre Ardiente empieza a ser percibida por el Haruspex, el mayor vidente de todos: Eurípides. En sus meditaciones solo es capaz de ver fuego, una tormenta llameante que arrasa el mundo y su propia mente. Las visiones duelen físicamente, dejándole exhausto. Con su visión premonitoria impedida, marcha con sus gigantes montaña abajo a reunirse con la Reina de Otoño. Ante su corte, los gigantes y las dríadas muestran tensión mutua, incluso a sabiendas de los lazos de lealtad que unen a sus líderes. Eurípides revela a Titania lo que ve, el fuego que predice la llegada del Tirano creado por los humanos de vuelta a su mundo. Ella no titubea en esto: sin su visión premonitoria, el líder de los gigantes le es de poca utilidad. Los Fae recurrirán a toda la hechicería de que disponen para proteger sus tierras de la llegada del Hombre Ardiente, pero también debe ocuparse de que Eurípides recupere su poder. Para ello, le revela la forma de magia más antigua de Malifaux, un método de uso de la sangre propia como catalizador mágico que ni siquiera los chamanes más antiguos de los Nephilim, el Etha Kitae, conoce. Poco a poco, el gigante recupera su capacidad de ver el futuro escarificándose.
Mientras tanto, los humanos siguen enfrascados en sus pequeñas luchas de poder, ignorantes del peligro que se avecina. Casi todo lo que se narra a continuación ocurre el día de la llegada del Hombre Ardiente.
Saltamos de un líder a otro, al ver al Gobernador del Gremio, Franco Marlow, dirigirse a una sala de reuniones en la Mansión del Gobernador. Esta es la primera vez que tenemos una narración desde su punto de vista, dejando muy claro que es el personaje más peligroso del Gremio, mucho más que Kitchener, al mostrarnos un fuerte sentido del deber y un pragmatismo claro. Es alguien dispuesto a criticar los fallos del Gremio y someter a todos sus rivales políticos, por mucho que esto le desgaste. Malifaux es un escenario que sistemáticamente ha castigado a los avariciosos, por lo que este personaje parece una antítesis de todo eso. Esta parte también nos sirve para anticipar algunos de los puntos de vista del relato. Por un lado, cuando Marlow llega a la sala donde se está llevando a cabo la reunión, descubrimos que se está coordinando una emboscada para capturar a Kaeris, quien está apunto de morder el anzuelo y verse rodeada por todos lados de fuerzas del Gremio en el distrito de Southgate. Por otra parte, una combustión espontánea a matado a varios Guardias en Dowtown, donde se ha dirigido el Comandante Dashel para lidiar con lo que sea que está ocurriendo. Finalmente, Parker Barrows ha sido capturado y va a ser ejecutado en el Árbol del Ahorcado. La radio de la sala informa de que Kaeris ha llegado al punto de la emboscada, una calle en mitad del distrito frente a un edificio abandonado. Justo antes de que esta comience, dos individuos sin identificar se encuentran con Kaeris para avisarla de la emboscada, pero ya es demasiado tarde.
A partir de aquí vamos a ver a varios personajes que van a ser trastornados por la oscura influencia del Hombre Ardiente. Algunos son atraídos por su propia obsesión, otros ya están debilitados por otras influencias y pesares que guardan en su interior, y hay quienes, simplemente, tienen la mala suerte de toparse con el poder del Hombre Ardiente.
Cambiamos de localización para ir hasta el límite de los pantanos de Malifaux donde la maleza da paso al mar, al sur del territorio Gremlin. Desde su llegada, Maxine ha aprovechado su relación con la Sociedad de Exploradores para financiar una instalación que es en parte laboratorio y en parte astillero donde reparar la EVS, un lugar construido a partir de lo que parecen contenedores que se ha convertido en una suerte de elíseo para la investigación. Allí llega English Ivan, enviado por Gretchen para recabar información de las últimas investigaciones de Maxine. Incluso él está maravillado por la eficacia y velocidad con que se ha levantado todo el complejo, que reúne ingenieros, científicos y marineros. Se encuentra con Orville y Kiya, que le advierten de que Maxine ha estado tan centrada en su trabajo que se ha aislado por completo del resto del mundo. Cuando la encuentra junto con Orville en su oficina, Maxine se encuentra en un estado deplorable por la falta de sueño y sustento. Consiguen convencerla para ir al comedor y relajarse un poco, no sin que antes Ivan se dé cuenta de que ella no para de mirar por el rabillo del ojo al cielo. Justo antes de que los tres se marchen de la oficina, ordena sutilmente a Mr. Mordrake que se infiltre en busca de cualquier información útil.
El siguiente personaje que va a ser atormentado es Reva, a quien vemos unos días antes de los eventos que están sucediendo. En sus sueños es acosada por una oscuridad asfixiante y la voz del Espíritu de la Tumba, tratando de convertirla en una nigromante enloquecida como tantos otros. Reva ha sido capaz de resistir esta maligna influencia durante mucho tiempo, siendo un faro de esperanza para la gente que la sigue, pero cada noche cede un poco más. Su grupo de refugiados se ha instalado en una cisterna en la Zona de Cuarentena, cerca del antiguo cuartel del Freikorps, una lugar fácilmente defendible y con un depósito de agua potable. Por desgracia para ella y su gente, una contaminación ha empezado a crecer en el interior de la cisterna, una formación de carne pútrida en el depósito de agua que estaban usando. Esto no es un problema más, sino el último en una cadena de desgracias que le están pesando desde hace un tiempo. La carga del liderazgo es demasiado, todos los integrantes de su comunidad son vidas que valora enormemente, por lo que cada pérdida le causa una gran pena. Malifaux no es un lugar para los desamparados y desde su punto de vista, han sobrevivido puramente gracias a la suerte. La pobre simplemente está al límite.
Al tiempo que la emboscada a Kaeris está apunto de llevarse a cabo, un cadáver calcinado atrae la atención de los viandantes de Downtown, entre los que se encuentra Nellie Cochrane. Esta discute con un sargento de la Guardia para que le deje inspeccionar el cadáver del inmolado en cuestión hasta que llega Dashel para ser informado de lo sucedido. Por lo visto, el pirómano era un tipo que estaba predicando en mitad de la calle como un lunático y que se inmoló llevándose consigo a dos Guardias en el momento que estos iban a detenerle. Nellie escucha la conversación, de la que concluye que no es el único predicador que ha llegado a Malifaux. Dashel es informado, además, de que el finado estaba leyendo un libro sospechoso que está tirado en la calle junto a la sábana que cubre sus restos. Nellie pasa a encararse con el Comandante de la Guardia, pero en mitad de la discusión, una pira se alza del cadáver. Dashel reconoce de inmediato que no es ninguna pira, sino un portal del que emerge una masa de carne amorfa que devora al instante al sargento con el que estaban hablando y luego se lanza sobre la reportera. Dashel, siendo la bestia parda que es, no se lo piensa ni un segundo antes de atacar a la criatura extradimensional, acabando con ella a base de hachazos. Logra salvar la vida de Nellie y la aconseja con que se aleje de este asunto relacionado con los predicadores. Ella acepta el consejo, pero lo que Dashel no sabe es que Nellie se ha hecho con el libro del predicador durante la pelea. Este documento no es otro que el libro sagrado del Culto del Hombre Ardiente.
Retomamos lo dicho anteriormente de Kaeris y la emboscada que el Gobernador General ha preparado para ella. Kaeris llega acompañada de Elijah Borgmann, un seguidor en secreto del Hombre Ardiente, y sus "marcados", al edificio en el que se supone que hay un almacén secreto de tecnología que Ramos dejó, uno de tantos escondites suyos. Los últimos meses, Kaeris ha sentido un creciente respeto por Toni Ironsides y ha llegado a comprender la decisión que tomó y la necesidad de hacer un frente unido que defienda a la Unión. Sigue teniendo su círculo íntimo de antiguos seguidores de Ramos, aunque este va mermando día a día. El cielo parece nublarse por momentos y de él empiezan a caer cenizas cuando, estando frente a la fachada del edificio, Toni aparece encapuchada y con una bandana para ocultar su identidad, acompañada de un pistolero y ex-miembro de la Guardia, Soory Bryndon. Ambos revelan a Kaeris la trampa en la que se ha metido, justo antes de que los tiradores del Gremio abran fuego sobre ellos. Elijah y Kaeris responden de inmediato a la amenaza pero los refuerzos del Gremio no dejan de aparecer. Kaeris le dice a Toni que debe alejarse para que no descubran que la ha ayudado o el Gobernador detendrá también a la nueva líder de la Unión, para lo cual, va a intentar cubrir su retirada con muros de llamas. Al principio el plan funciona, Toni logra poner distancia de por medio, hasta que de pronto, del edificio abandonado surge una nueva amenaza: Embrujados de los Cazadores de Brujas. El intercambio de disparos y bolas de fuego ha mermado mucho a la banda de Kaeris, pero contra los Embrujados no tienen nada que hacer y Toni solo puede quedarse mirando cómo uno de los Esclavos Embrujados agarra a Kaeris por el cuello y empieza a apretar y apretar...
Lejos de allí, a los pies del Árbol del Ahorcado, Parker Barrows soporta el monólogo de un abogado del Gremio que enumera sus crímenes antes de sentenciarlo a muerte. Estos son sus últimos momentos y muestran un amplio abanico de emociones por parte del forajido. Se muestra estoico y pertinaz, burlándose del abogado, jactándose para sus adentros de haber cometido aún más fechorías de las listadas, soltando alguna chanza al verdugo y hasta recordando a Zipp. Tiene un momento de introspección en el que se ve a sí mismo como un idealista que ha escogido su vida como una forma de no someterse a los tiranos, una rebeldía similar a la que caracteriza a Lucas McCabe. Sobre él y sobre las cabezas del público que ha venido a presenciar su final, el cielo se oscurece cada vez más y copos de ceniza empiezan a caer. Justo antes de la ejecución, las nubes emanan una luz roja cuando el abogado ordena que tiren de la cuerda que tiene atada al cuello. Son las 5:47 de la tarde. Barrows intenta no pensar en el miedo en sus últimos momentos al tiempo que su visión se nubla...
De vuelta en las instalaciones de Maxine, esta apenas logra explicar en qué ha estado metida estas últimas semanas. Su mente divaga mientras no para de observar la ventana, mirando el firmamento. Orville e Iván escuchan atentamente cada palabra: Maxine ha seguido estudiando sus hipótesis de los portales para calcular las siguientes apariciones del Hombre Ardiente. Resulta que los portales no tienen un patrón tan claro como ella pensaba, puesto que un lado puede abrirse en una de las dos dimensiones pero en la otra no, atrapando a quienes absorbe en el espacio entre dimensiones por un tiempo indefinido. Esto quiere decir que predecir los portales del Hombre Ardiente en la Tierra no tiene nada que ver con predecirlos en Malifaux. Peor aún, después de que ella y su tripulación atravesara el portal del Atlántico, parece que ha sucedido algo, algún tipo de alteración que ha cambiado la polaridad de las apariciones del Hombre Ardiente. Toda esta explicación ocurre mientras Mr. Mordrake está investigando la oficina de Maxine. A pesar de que no puede entender nada de lo que hay escrito, sí distingue dos cosas: la primera es que Maxine ha estado leyendo el libro sagrado del Culto del Hombre Ardiente. La segunda es que por lo visto ha calculado que aparecerá ese mismo día entre las cinco y las seis de la tarde. Son las 5:47 de la tarde cuando los personajes contemplan que el cielo empieza a sangrar rayos de luz carmesí, a expulsar ceniza y energías mágicas descontroladas. La tripulación del EVS está aterrorizada, todos salvo Maxine, que sonríe exultante ante el éxito de su investigación. "He encontrado orden en el caos", dice justo antes de desmayarse.
El Hombre Ardiente llega.
Aparece en la misma habitación que lo vio nacer, el despacho del Gobernador General en la mansión. Uno podría pensar que esto despertaría algo en la criatura, que el lugar de su ascensión le otorgaría un mínimo de autoconsciencia, pero no es así. Todo arde a su alrededor. Los viejos trofeos, los informes con archivos de valor incalculable, los viejos muebles que han sido testigos de la vida y obra de los dos grandes líderes de Malifaux, todo desparece en una conflagración de la que él no es consciente. A esto le sigue un infierno que devora la mansión por completo.
Al otro lado de la mansión, las ondas de calor arcano alcanzan la Sala de la Corona haciendo estallar las ventanas y temblar todo lo que se encuentra en la habitación. Cuando se recuperan de la conmoción, todos ven que el Gobernador Marlow es de hecho un mago capaz de conjurar barreras arcanas. Ordena que todos salgan del edificio bajo la idea de que están bajo ataque. Lo que se encuentran nada mas salir de la sala es que la mansión entera está en llamas y que masas amorfas de carne, dientes y tentáculos se abalanzan sobre ellos. El Gobernador y su personal se defienden con armas de fuego al tiempo que él usa las barreras mágicas para sortear el suelo en llamas y decapitar el engendro más grande de todos. Casi todos los miembros de su gabinete logran escapar de la mansión, con uno de ellos desaparecido, una tal Graecina Yao. Cuando contempla su mansión, Marlow no siente su pérdida como algo grave, pero sí le perturba el contemplar al Hombre Ardiente levitando sobre la ciudad. Al mirar su reloj, las manecillas se han parado a las 5:47.
Salvo Eurípides, todos los personajes que hemos visto antes sufrirán un trastorno que los llevará a ser agentes del Hombre Ardiente, inconscientes de ellos. Maxine tendrá un dominio total sobre portales al espacio interdimensional gracias al control de las Líneas Ley, Nellie enloquecerá después de leer los Discursos del Rey de la Llama. En cuanto al resto...
Vemos a Reva, agotada después de que la cosa que está creciendo en el pozo de su refugio no haya podido ser detenida. La sensación de horror es palpable, por el día tiene que aguantar todas las dificultades de su caravana, por la noche soporta como puede los susurros del Espíritu de la Tumba atándola como cuando era una cría encerrada por sus padres. En este día, el Hombre Ardiente llega cuando ella está soñando, como una llama que ilumina un camino en la oscuridad que domina sus sueños. En efecto, el Hombre Ardiente se aparece en sus sueños negando Reva al Espíritu de la Tumba. Al despertar, ella sostiene en su mano un candil que tenia durante el sueño, usándolo para incinerar el pozo y todo lo que lo contaminaba. Su caravana la contempla, absortos, al tiempo que el resplandor rojizo y las cenizas caen de la claraboya del refugio. Ella les dice que no teman, pues ella los llevará a la salvación, completamente dominada por el encanto de las llamas.
Al borde de la muerte, Kaeris recuerda las palabras de Ramos, cuando este la entrenaba para dominar su poder ígneo. Igual que entonces, este es el momento de dejar pasar a través de ella el éter que viaja por el mismo aire que respira, de dominar y dirigirlo a su voluntad. Solo que esta vez, la fuerza no viene del mundo que la rodea, sino de la bendición involuntaria del ente que sobrevuela la ciudad. De pronto Kaeris se ve imbuida por una energía que no conocía y todo su cuerpo se ve envuelto en llamas, obligando al Esclavo Embrujado a soltarla. Arde con tal intensidad que el arnés de vuelo acaba fundido; ahora es sostenida en el aire por alas de fuego. Con total facilidad, dirige el fuego que la rodea contra los Embrujados, cuyas defensas antimagia se ven desbordadas. Todos ellos terminan como cadáveres calcinados. Toni sale del callejón, atónita ante lo que está viendo, mientras que Elijah cae de rodillas maravillado por esta manifestación de poder del Hombre Ardiente. Del cielo empieza a llover fuego.
En el Árbol del Ahorcado, este fuego cae sobre la ejecución de Parker Barrows, cortando la cuerda que le estaba quitando la vida. También algunos cadáveres del árbol se prenden, luego el tronco y las ramas arden por completo, pero las runas brillantes del árbol curan estas quemaduras al instante. La pequeña multitud trata de escapar salvo por el abogado del Gremio, que ha acabado herido por los proyectiles y el Verdugo, que trata de ponerlo a salvo. Al ver que Parker se ha soltado, el abogado ordena al Verdugo que acabe con él. Parker está maniatado, pero se las apaña para cegar al Verdugo con un puñado de arena y aplastar su cabeza con una piedra, dándole una muerte sucia. Justo antes de acabar con el abogado de un disparo a sangre fría, se queda mirando la aparición celeste, dejando que algo nazca en su interior. Un sentimiento de venganza entremezclado con la necesidad de buscar respuestas, de dónde está su banda, de qué ha sido de Zipp, de por qué el destino ha salvado su vida de esa manera. Se siente en el centro de un torbellino y su cuerpo comienza a expulsar humo y ascuas. Se marcha de allí con la cuerda que iba a matarle a modo de arma, convertido en una criatura que no es del todo humana.
Otros dos individuos son afectados por el Hombre Ardiente. En su estancia privada de la Casa Comercial Katanaka vemos a Misaki repasar los últimos planes que debe aprobar. Desde hace un tiempo su deber se ha relegado a dirigir los asuntos de los Diez Truenos sin poner un pie en las calles combatiendo con su bisento, el arma que la ha acompañado desde la niñez y en cada etapa de su madurez, entrenando con Yamaziko. Su último plan es la eliminación de un capataz de la Unión que ha estado cerca de descubrir los envíos de Mei Feng de golems a China. A su lado, una voz familiar le dice que perdonar la vida de Mei Feng delante de todo el clan ha sido una muestra clara de debilidad. Misaki discute esta voz, que insiste en que está perdiendo el control de la organización, en que sus aliados la han traicionado o se están distanciando de ella. El Maestro Licorero por su cuenta, Lucas McCabe teniendo acercamientos con la Sociedad de Exploradores, Shenlong actuando sin tener en cuenta su autoridad...Todo esto mientras Feng parece cada vez más alterado. Esta discusión es interrumpida por un Torakage que la informa de los pagos de extorsión del último mes y le pregunta a Misaki, tratando de ocultar su confusión, con quien estaba hablando. Tan pronto como el Torakage se marcha, Feng escupe una llamarada que toma la forma de la cabeza del padre de Misaki. Ambos siguen discutiendo en voz alta; esta conversación revela que Misaki ha vivido todo este tiempo torturada por el pensamiento de si estuvo en lo correcto no ya en matar a su padre, sino en tratar de ser mejor que él, de curar los años de maltrato sufridos bajo su sombra, si tal vez ya era perfecta tal y como él la educó. En un momento de ruptura, recuerda su combate contra Kaeris, cómo el ángel de alas de metal le dijo que en Malifaux, el control era una ilusión, que solo podía alcanzarse el verdadero potencial abrazando el caos. La cabeza llameante de su padre refuerza las palabras de Kaeris con frases sibilinas. Momentos después, el Torakage entra en la habitación para avisar de la aparición en el cielo, viendo que Misaki ha partido en dos el bisento y su cuerpo arroja una leve humadera. Su expresión facial y la forma que tiene de hablar es la de alguien que acaba de perder la cordura.
En el pantano, Ulix no está nada contento con la combustión espontánea de uno de sus cerdos. El día ya le tenía cansado, por el inusual calor y humedad del aire y las nubes de tormenta en el horizonte, pero eso de perder cerdos sin motivo aparente ya es algo que le tocaba las narices. Inmediatamente hace llamar a Scratch y Skitter, los dos gremlins que sobrevivieron a la matanza de Stone Hill y que él ha adoptado como aprendices. Les pregunta bastante enfadado si no se les habrá ocurrido usar dinamita a modo de supositorio con los cerdos. Los pequeños niegan tener nada que ver y de sopetón, otro de los cerdos de Ulix se hincha y explota. Los tres se tiran al suelo para cubrirse del fuego que expulsan los cerdos hasta que las explosiones dejan de escucharse. Entonces uno de los cerdos, un monstruo que ha cuadriplicado su tamaño y se yergue como un horno viviente de cuya caja torácica emergen llamas, se acerca a Ulix de una forma casi cariñosa, como reconociendo a su amo. Las llamas no queman a Ulix y de hecho, el animal se sienta dando a entender que permite a Ulix subirse. El maestro porquero monta sobre la grupa y el cerdo cabalga por el rancho. Por un buen rato, Ulix se siente vivo como nunca, manejando su montura con una destreza natural, disparando con su arco al tiempo que mantiene el equilibrio. Definitivamente ni él ni sus aprendices entienden nada de lo que está pasando, ni se preocupan en absoluto. Ellos simplemente lo aceptan.
Dos jugadores, maestros ambos en tejer planes a largo plazo, observan esta tormenta desatarse sobre Malifaux de diferente manera. Sobre el tejado de un almacén abandonado, Lucius y el Agente 47 contemplan la ciudad devastada con el sol ya escondido. Es una vista deliciosa para el Secretario General. Poco después llega "Graecina Yao", quien es en realidad un mímico al servicio de Lucius, para informar de que el Gobernador y la mayor parte de su personal ha sobrevivido. Ahora tocará esperar a que Titania o Zoraida hagan el siguiente movimiento mientras esperan a ver cómo se las apaña Marlow para arreglar esta devastación. Parece que para Lucius ha llegado algo que puede aprovechar para deshacerse de él por completo. Por su parte, Gretchen Janus observa en el sótano de la sede de la Sociedad de Exploradores de Malifaux que su artefacto más valioso ha empezado a funcionar entrando en una nueva fase. Nexus se aproxima a ella, suplicando ayuda. Los huéspedes que están ardiendo en las calles le provocan un dolor terrible y la llamada de Titania se hace cada vez más difícil de resistir. Gretchen es consciente de que sin su maestro espía, todos sus planes fracasarán, por lo que se apresura a encontrar nuevos huéspedes con los que dividir a Cadmus y resolver así ambos problemas.
La noche ya ha caído, y el Hombre Ardiente sigue su curso en los cielos de este mundo. Inconsciente de que su presencia provoca locura y frenesí en humanos y neverborns por igual, llevándolos a actos de violencia desatada. No comprende que su aparición rasga el tejido de la realidad, vomitando energías antinaturales que hacen arder la ciudad a sus pies. No sabe nada de las vidas que ha cambiado, del equilibrio de poder que ha alterado, de los individuos que pregonaron su llegada y ahora se llenan de regocijo. En el caos retorcido que es su mente, solo se forma un único pensamiento coherente.
Malifaux arde.
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